EL PROBLEMA
¿Eres de los que se lleva mejor con los gatos o los perros?, ¿de Nesquik o de Colacao?, ¿la tortilla con cebolla o sin cebolla?…
La cosa se pone aun más seria si además, supone un debate regional:
¿Salmorejo cordobés o Porra antequerana? Para un andaluz, especialmente si es de Córdoba o de Antequera (Málaga) esta pregunta puede derivar en una acalorada discusión.
La cosa se complica si además buscamos en Internet y encontramos que muchos prestigiosos cocineros presentan para las dos recetas idénticas listas de ingredientes. Entonces uno se pregunta: ¿son lo mismo?, y si lo son… ¿por qué entonces cordobeses y antequeranos se empeñan en defender que su plato es mejor?
LÍNEAS ARGUMENTALES
Uno de los argumentos más habituales se centra en el pan. Un buen cordobés, de los de pura cepa, te dirá que el salmorejo es más ligero, lleva menos pan y resulta más digestivo. En cambio, un antequerano, si es ‘mochano’ de la cabeza a los pies, defenderá que la porra es un plato único y que no te deja con hambre porque tiene más cuerpo (vamos, que lleva más pan).
Otra corriente aboga por la guarnición como elemento distintivo. El salmorejo se acompaña de jamón y huevo picado generalmente, ingredientes que también adornan un buen plato de porra Antequera. Sin embargo, esta última, y en concordancia con su carácter más contundente, también se degusta con migas de atún y con patatas fritas en dados.
LA SOLUCIÓN
Tras comparar diversas recetas he llegado a la conclusión de que el secreto inadvertido para la mayoría reside en algo tan sencillo como agregar un pimiento verde. Este simple ingrediente que se añade a la especialidad antequerana es el quid de la cuestión y lo que permite afirmar que no son el mismo plato.
No voy a entrar en qué cuál es mejor. Simplemente diré que, al igual que me gustan los perros por la fidelidad, el Colacao por los grumos y la tortilla con cebolla, prefiero el salmorejo cuando lleva pimiento verde, y si no es así, me quedo con una buena ración de porra.